Pensé que hoy no escribiría nada. Sin duda tuve sueños, estuvieron ahí para contarme una o más historias, pero cuando desperté se habían ido. Fue el sonido insistente del teléfono lo que me hizo abrir los ojos y ya estaba solo. Los sueños se fueron con el primer: Si, diga. Pero más tarde mientras preparaba el café recordé las imágenes, los colores, la secuencia de figuras y la serie de colores, pero nada más. Supongo que habrá sido el churro que me fumé antes de irme a la cama.
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Invasión amarilla
Desde que el capital descubrió la mano de obra barata que dejo tras de si la revolución cultural china nos hemos visto invadidos por productos, la más de las veces por completo prescindibles, con la leyenda Made in China o Made in Taiwan o algún nombre del genero que tienen como base el plástico. Ahora China no sólo importa leyendas sobre dragones y galletas de la suerte, ahora están de oferta y de novedá la nueva pulmonía atípica (que no le digan que no le cuenten).
Dicen que en realidad es un regalo del gobierno de los Estados Unidos al gigante asiático, puesto que es uno de los pocos países que pueden hacerle contrapeso al nuevo pueblo elegido de Dios. Mientras son peras o son manzana los hijos de Mao están exportando al mundo su nuevo producto estrella.
4/28/2003
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